El pasado miércoles 11 de mayo arrancó la 64º edición del festival de Cannes, un festival que a lo largo de su recorrido ha demostrado ser más que un escaparate cinematográfico de grandes estrellas. En este caso, por un lado podremos encontrar dentro de concurso películas de grandes autores como Pedro Almodóvar, Lars Von Trier o los hermanos Dardenne, y de otro y fuera de concurso producciones con grandes estrellas como Piratas del Caribe: En mareas misteriosas o el Castor de Jodie Foster.
Asimismo, este año el certamen contará, fuera de concurso, con las películas iranís rodadas en clandestinidad de Jafar Panahi (In Film Nist) y Mohamma Rasoulof (Be Omid é Didar), ambos en prisión por su oposición al régimen de Mahmud Ahmadineyad.
También merece especial mención The Tree of Life de Terrence Malick, una de las películas más esperadas por la dirección del certamen desde que se empezó a rodar en 2008 en la que Pitt y Penn protagonizan una saga familiar ambientada en el Medio Oeste estadounidense durante la década de los cincuenta.
El jurado, capitaneado por Robert de Niro, contará con actores tan conocidos como Uma Thurman o Jude Law y lo completarán Martina Gusmán, Nansun Shi, Linn Ullmann, Olivier Assayas, Mahamar Saleh Haroun y Johnnie To. Según declaraciones de Niro se votaran películas y no directores a pesar de que ya se habla de los favoritos Almodóvar, Von Trier y Malick.
La estrena del festival al que acudieron actores archiconocidos como Antonio Banderas, Salma Hayek, Angelina Jolie o Dustin Hoffman, se inauguró con la estrena de la película de Woody Allen, Midnight in Paris. Película que como ya sabréis de sobras cuenta con la aparición de la Primera Dama de Francia, Carla Bruni, que no pudo acudir al festival por motivos personales y profesionales según su comunicado.
La comedia romántica está protagonizada por Owen Wilson, quien interpreta a un guionista y aspirante a escritor que añora el París de los años 20 de Ernest Hemingway, Gertrude Stein y F. Scott Fitzgerald. Durante la noche, Wilson viaja al pasado para compartir vivencias con figuras de la talla de Dalí, Hemingway o Picasso.
Con esta película, Allen explota la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor: “Sabes que es una trampa pensar que vivir en otro tiempo sería mejor”, dijo Allen a la prensa. “Todo el mundo quiere huir de los tiempos presentes porque la vida es luchar mucho, pero cuando piensas en el pasado (…) te acuerdas de las cosas bonitas (…) Yo no volvería a ninguna otra época que no fuera la actual”, terminó diciendo.
Es la primera vez que el director rueda íntegramente una película en París y según las propias declaraciones "Quería mostrar la ciudad emocionalmente, la forma en que la percibo". "No me importaba lo real que fuese o lo que reflejaba. Simplemente quería que fuera la forma en la que veo a París. París a través de mis ojos".